La corta de pinos
El monte siempre fué un recurso fundamental en La Aldea. La abundancia de madera de buena calidad permitió el desarrollo de una industria carretera y la elaboración artesana de multitud de piezas y objetos de este material, con destino a su venta.
Asi mismo se pudo exportar la madera, tanto en bruto o elaborada (tablón), para su uso en construcción y carpinteria. Sin olvidar otros aprovechamientos como la resina, el micológico, leña, pastos etc., algunos de ellos tratados en otros apartados.
En la actualidad sigue siendo una fuente de riqueza y buen aprovechamiento como puede verse en un artículo de Medio Ambiente
El modelo Burgos-Soria: Las "suertes del pino"
En: Medio Ambiente en Castilla y León. N.15, (2001), pág. 33-41.
La comarca de pinares Burgos-Soria constituye en la actualidad un claro exponente
de las ventajas que ofrece el desarrollo sostenible para la revitalización del medio
rural en nuestra Comunidad. El aprovechamiento de los recursos forestales, que hunde
sus raíces en las "suertes de pinos" bajomedievales, ha generado en esta comarca una
auténtica conciencia conservacionista y de protección del monte y de sus recursos
naturales a través del tiempo, que ha conducido asimismo a una organización y
aprovechamiento del espacio característicos.
La industria transformadora de la madera -con un centenar de empresas relacionadas
con el sector- se ha erigido en verdadero motor económico de la zona. La explotación
forestal, la ordenación de montes y las industrias madereras aglutinan la base principal
de la economía de esta comarca, junto a otras actividades de impronta más reciente, como
la producción micológica o el turismo rural. Todo lo cual se traduce en el mantenimiento
de un saldo demográfico positivo y en la integración equilibrada de los componentes social,
ambiental y económico del desarrollo sostenible.
Proceso clásico de corta.
Las cortas tradicionales se relizaban señalando aquellos ejemplares adultos de interes y dejando otros como "padres" y a la vez evitando un aclarado excesivo del monte que pondría en peligro la capa vegetal en el período de lluvia.
Las herramientas eran pocas y básicas, el hacha (hacho en La Aldea) y el tronzador (hoja de sierra con dos asas).
Los hachos eran manejados por dos hombres que golpeaban alternativamente hasta conseguir una hendidura en forma de cuña, orientada hacia el lugar apropiado de caida, el resto en la cara opuesta se remataba serrando entre dos con el tronzador.
Como herramientas auxiliares se utilizaban cuñas, que introducidas en la raja hecha por el tronzador permitian corregir la caida y una pértiga para evitar que se volviese en sentido contrario.
Demostración de corta (clic para agrandar)
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Una vez en el suelo quedaban mas operaciones por hacer: Pelar la corteza (descortezado), arrastrar los troncos hasta apilarlos al pie de un camino, hacer leña con la parte desechada para madera y trocear los troncos en medidas estandar.
Descortezado. Se hacia con hacho. Los pinos albares son de corteza muy fina y escamosa asi que no necesitaban apenas esta operación, pero los negrales por el contrario poseen una corteza gruesa que era necesario quitar.
Arrastre. Los troncos se iban agrupando al pie de un camino, para ser transportados posteriormente con las carretas. Para bajarlos desde el monte se utilizaba una pareja de vacas que por medio de una cadena atada a los troncos y unida al ubio tiraban de ellos.
Demostración de arrastre de pinos (clic para agrandar)
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Obtención de tablones. Muchas veces era necesario obtener tablones de los pinos cortados, bien para consumo propio (tarimas) o para su venta. Cuando no existían máquinas o no compensaba su utilización no quedaba mas remedio que recurrir al aserrado manual, para ello se subían los troncos mediante cabrios a una plataforma construida al efecto y una vez alli, se marcaba y mediante un tronzador especialmente diseñado para el corte en vertical y manejado por dos personas se procedia al corte de los tablones (ver fotos). Nada en esta operación resultaba facil, ni la postura de los serradores, ni la subida de los troncos, ..., y menos el aserrado del tablón para que resultase sensiblemente paralelo en sus caras. La azuela era la encargada de rematar el producto.
Demostración aserrado de tablones y carga de leña(clic para agrandar)
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La leña se hacia con hacho y tronzador hasta obtener trozos de un tamaño transportables.
Las caballerías y particularmente los asnos eran los encargados de bajar la leña hasta los caminos, para ello se cargaba sobre un arnes adecuado en forma de doble uve, para allí cargarla en carretas o directamente bajarla al pueblo para autoconsumo.
Una vez en casa, se troceaba denuevo a tamaño utilizable en el hogar y la gloria y mas adelante en las cocinas económicas y se apilaba para su secado y conservación.
Troceado y apilado de leña (clic para agrandar)
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