En La Aldea existía una fragua para el servivio del pueblo. No tenía herrero propio, sino que este venía de Hontoria los días estipulados mediante contrato anual, en el que además se especificaban los precios unitarios por los trabajos. No se desarrollaban grandes trabajos de herrería, sino únicamente los destinados al mantenimiento de los carros, aperos de labranza, herrado de caballerías y vacas, etc. El pueblo aportaba la infraestructura necesaria, el edificio con el hogar y su fuelle, así como los útiles necesarios. A todo ello hay que unir el potro de herrar, dispositivo indispensable y anexo a la fragua. Después de haberse convertido todo en una ruina, por iniciativa popular se volvió a reconstruir tanto la fragua como su potro, de manera que ambos vuelven a estar operativos. |
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