Las chapas
El Juego de las chapas se jugaba habitualmente en los días de Semana Santa, sobre todo el Jueves y el Viernes Santo y en las fiestas patronales.
En La Aldea se perdió durante algunas decádas y fue "rescatado" en 2005 con la celebración de la antigua fiesta de Jesús.
Los elementos del juego son dos monedas de cobre "de 10 céntimos" de la primera república ó bien de los reyes Alfonso XII ó XIII, conocida como perra gorda (1).
Una figura a destacar es la del baratero, persona encargada de animar las apuestas, llevar el orden y pago de las mismas, recibiendo a cambio un porcentaje del dinero apostado.
Los apostantes se reúnen en círculo, estando el baratero en el centro. Las apuestas se hacen a caras o a cruces (culos o lises).
Para saber quien inicia el juego, el baratero lanza las monedas al aire. Lo inician los apostantes cuyo resultado les sea favorable (cara o lis).
Las chapas se colocan cruz (culo o lis)con cruz (culo o lis)y se lanzan al aire las monedas, lo más vertical y horizontalmente posible. Si al caer al suelo, salen caras, ganan los que hayan apostado a caras, si salen cruces (culos o lises), los que hayan apostado a cruces (culos o lises). Si caen cara y lis, no gana nadie y se repite la jugada.
Puede ocurrir que, estando las monedas en el aire, algún apostante quiera anular la tirada, entonces dice en voz alta la palabra “boilas” (barajo en otros pueblos) y el baratero anula la apuesta de este jugador.
El jugador que inicia la jugada, si acierta en su apuesta, sigue lanzando las chapas hasta que falle, pasando, entonces, el turno a otro apostante de signo distinto.
No hay límite de dinero ni de tiempo.
Es de caballeros el apostar con el jugador al que has ganado en la tirada anterior.
Hay que reseñar que las autoridades lo permiten y permitían incluso en el pasado régimen, pero sólo en los días antes señalados
Existe un Reglamento regulador del juego de las chapas de la Junta de Castilla y León. Ver Reglamento regulador del juego.
(1) Perras: Los centimos de 1870 tenián un león en el reverso en el que algunos vieron una perra y eso degeneró en llamar a los dineros perras en tiempos de la Primera República. A la moneda de 5 céntimos se la llamo perra chica y a la moneda de 10 céntimos perra gorda. Cuando Franco saco las monedas del jinete de 5 y 10 cts (imitando la tipografia de monedas iberas) se les llamo también perra gorda y perra chica