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Aldea del Pinar Revista Nº 5 - Ago/2012
Las tres rejas.
Cuantas y cuantas veces en nuestros pue- divertida y que no da lugar a tergiversaciones,
blos nos dejamos llevar por los comentarios de porque al fin los hechos, hechos son, el resto
unos y otros, generalmente malintencionados y son ganas de exagerar o de hacer daño.
en el mejor de los casos exagerados, pues bien Que diferencia de comportamiento con
sabemos que lo que empieza por "una pupa" en el que predica el sabio filósofo que vemos a
un dedo, acaba con el brazo cortado por el hom- continuación.
bro. Se ve que la condición humana nos lleva
por esos torcidos derroteros, en vez de aquellos Rabel de Cuadra
rectos, de la información veraz, mucho menos
El joven discípulo de un filósofo sabio le dijo:
—Maestro, un amigo suyo estuvo hablando
de usted con malevolencia.
—¡Espera! —lo interrumpió el filósofo —.
¿Ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a
contarme?
—¿Las tres rejas?
—Sí. La primera es la reja de la verdad.
¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es
absolutamente cierto? — ¡Vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es
—No; lo oí comentar a unos vecinos. necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
—A decir verdad, no.
—Entonces al menos lo habrás hecho pasar
por la segunda reja, que es la bondad. —Entonces —dijo el sabio sonriendo —, si
Esto que deseas decirme, ¿es bueno para alguien? no es verdadero, ni bueno, ni necesario, sepultémos-
—No, en realidad no. Al contrario... lo en el olvido.
Curiosidades. Pepe y Pepa.
En los conventos, durante la lectura de las La constitución de 1812 se promulgado por las
Sagradas Escrituras, al referirse a San José cortes de Cadiz (en plena guerra contra Napo-
decían siempre "Pater Putatibus", simplifica- león) el 19 de Marzo, dia de San José, de ahi
do como P.P. Así nació el llamar "Pepe" a que el pueblo comenzase a llamarla "La Pepa".
los José.
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