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Aldea del Pinar Revista Nº 5 - Ago/2012
car una familia adelante, sino para marcar esa milia, que era sagrada, y más la de corte ma-
huella de un trabajador digno, que eleva a su per- triarcal donde la madre o la abuela, eran el
sona y engrandece a la comunidad, dígase fami- centro y motor de todo. El maestro y el cura ju-
lia, pueblo o nación. Ellos sí que superaron gaban un papel muy importante. Había un cal-
crisis que eran mucho peores que las de ahora.
Fueron bien duros, capaces de hacer fren-
te a muchas adversidades. Sabían conformarse
con todo, mucho o poco, no manifestaban su
descontento cuando las cosas les salían mal. Se
las tragaban todas. Hasta sabían disimular el do-
lor con una sonrisa. Al ver esto no podías por
menos de imitarles en su “paciencia y resigna-
ción” .
Por deciros alguna más os cuento cómo
he observado que la naturaleza, sus montes, pi-
nos, ríos, les envolvía de tal manera, que era par-
te de su vida. ¡Qué me cuentan ahora los
ecologistas, comparando a estos hombres y mu- do de cultivo que era como algo inerte en la
jeres que han nacido y crecido en el campo! Lo vida cotidiana, como una fuerza que hace andar
aman como algo propio. sin que se note, esta la tenían los oficios y am-
Un distintivo de nuestros mayores ha si- biente que en torno a ellos se creaba, el panade-
do también esa generosidad para dar lo que ro en su horno o cocedero, el herrero, el
tenían, a veces desde el anonimato. Serviciales esquilador; la carpintería, zapatería, bodegas o
como nadie, si había que prestar algo para coci- cantinas. Todos eran los “mentideros de la vi-
nar o si había que ayudar en la recolección o de- lla” donde se pasaban las largas horas del in-
jar una yunta, allí estaba el vecino para que vierno y se aprendía de todo.
nadie se sintiera solo o desprotegido. Y si esto Estos son los que han marcado huella,
era en lo cotidiano, no te digo nada en las fies- valores diría yo, que hoy no existen, porque no
tas, que lo eran de todo tipo y en cualquier tiem- existen aquellos protagonistas, porque son co-
po: patronales, acontecimientos familiares, las sas que no se logran de la noche a la mañana.
idas y llegadas de los carreteros, bodas, etc. Hoy andamos muy deprisa, no hay tiempo para
Una que recuerdo con mucha alegría eran los re- nada, los problemas los resuelven las máqui-
mojones; se hacían en familia, allí se repartía tra- nas, pero están lejos del calor humano. Es ver-
bajo, comida y lo demás, sobre todo la alegría y dad que las circunstancias son distintas, pero
estar bien unidos. Así podríamos ir diciendo mu- los valores, no , estos están siempre por encima
cho más y nos quedaríamos cortos. de ellas.
Hasta aquí no he hecho mas que señalar Esas huellas son más que unas simples
las huellas del cualidades o formas, son valores innatos a las
zapato, pero personas, que a su vez han sabido transmitir y
¿ya os habéis hemos recogido con alegría, aunque no sé si lo
preguntado de hemos asimilado del todo y si hacemos puente
donde le salía la para las próximas generaciones. Algo tenemos
fuerza al pie? que hacer para que no se pierda la senda y
Yo diría que pa- otros sigan el camino. Ellos pisaron muy fuerte
ra ser así las per- y por eso hay podemos seguir su senda, aunque
sonas y la no haya carros, pero sí coches, aunque nieve
sociedad, una in- menos, pero hay un camino que andar.
fluencia muy
fuerte les venía Domingo Contreras Camarero.
del sentido de fa-
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