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Aldea del Pinar Revista Nº 5 - Ago/2012
en que falleció. Yo, calladito, no como de cos- do mi ser estaba calado de pies a cabeza. No
tumbre, intentaba pasar desapercibido. En la te- resistí el interrogatorio y, finalmente, confesé.
Durante un tiempo, pasé a ser denominado en
la familia como ‘Ton río’, pues mi primo Ós-
car, que no tenía todavía los dos años, con su
lenguaje de bebé, en una suerte de figura retóri-
ca consistente en la supresión de varios voca-
blos y fonemas dentro de una misma oración,
resumió en dos palabras la frase ‘Antonio se ha
caído al río’.
Al día siguiente, mis dos amigos aventu-
reros y yo no pudimos vernos, ya que estába-
mos castigados de por vida. Al regresar a
Aranda y como acostumbrábamos, paramos en
casa de mi tío Javier y de mi tía Maribel, de
levisión, estaban echando un documental de grato recuerdo, a quienes también se contó la
animales marinos y, el abuelo, preguntó que peripecia, mientras yo escuchaba avergonzado
qué bicho era ese que parecía un cochino, a lo las risas de mi tío y las advertencias generales
que respondió mi hermana que una foca; repli- de que debíamos ser más responsables. Si bien,
cando yo, acto seguido: ?No, lista, es una mor- poco me duró la reprimenda, pues, pocos años
sa, como tus amigas. Ya se lió la cosa. Me después, los tres aventureros, determinamos
empujó y, enseguida, notó la mojadura, llaman- medir la profundidad de la olla de Pozairón
do a gritos a mi madre para decirle que estaba cuando se encontrara helado. Pero ésta, es otra
empapado y que, acaso, me habría orinado. Yo, historia…
acorralado, mentí y dije que sí, que era eso,
mientras se extendía la mancha de humedad
por el skay del sillón. Pero, mi madre, extraña-
da, comenzó a palparme, comprobando que to-
A la memoria de Demetrio (Un aldeano de pro).
Siempre dispuesto maestro fuiste amigo de los voltios, que te aprecian y te estiman
siempre alegre y servicial, de los watios y los ohmios siempre contentos de verte
un currante infatigable de todo tu territorio Hombre recio castellano
y ayudando a los demás Electricista devoto, curtido por todos vientos
Recuerdo tus ojos vivos a lo largo de tu vida del aíre de nuestra tierra,
llenos de brillo y bondad, miles de cables montaste castellano recio y llano
tu cigarrillo en los labios sin el menor equivoco Y siempre noble y honrado
y tu afán por ayudar Tu les llevaste la luz como los hombres de pro,
Siempre fuiste generoso a muchos miles de hogares, justo y noble en tu interior
perspicaz e inteligente, les alegraste la vida como los héroes de antaño.
de carácter valeroso con tu humor y tus modales Hoy nos dejas, mas te quedas
y con un gran don de gentes Trabajador competente Siempre estarás con nosotros
Tus yernos fuimos tus hijos, compañero en el trabajo, Presente en nuestra memoria
pues solo tuviste hijas intuitivo, inteligente Como un buen hijo
que criaste desde niñas siempre ayudando en el tajo de La Aldea de Hontoria.
para hacernos sus maridos Y bueno con tu familia
Recorriste todas líneas, con tus amigos y gentes Pedro Pérez (13.12.2011)
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